martes, 29 de diciembre de 2009

Noches Reversibles.


Ultimamente como me cuesta conciliar el sueño, paso la mayoría de mis horas nocturnas con Bob.

A excepción, como siempre, de un sólo día en esta semana pasada.

Bien es cierto que sentía la necesidad de volver a ahogarme del calor bajo un buen edredón, lo mismo que tenía la necesidad de volver a meterme en la misma cama contigo.

Pasar cosa de 5 horas que parecieron apenas 3.
Aunque pasaran las horas y el cansancio se multiplicara era imposible conciliar el sueño. Quitando las opciones obvias como la cafeína o la taurina en vena, puede que lo que más hubiese influído fuese la situación. Era como un mantenerse despierta inconscientemente para no perderse nada.

Hacía mucho, mucho tiempo que no estaba así. Probablemente nunca.

Dormir una hora a cambio de 5 y pasar mucho frío a las 9 de la mañana...

¿En qué estaría pensando?, gran pregunta que me hacía una y otra vez. No lo sé, pero ahora que me doy cuenta de que esto es como eso que dicen de andar en bicicleta, que nunca se olvida, creo que sería más fácil que yo aprendiera a andar en bicicleta que a pasar otros no sé cuántos meses pasando frío yo sola bajo un edredón amarillo en una habitación azul con una ventana que da a una pared leyendo a Dylan noche tras noche.


A esas horas dificiles de describir de lo abstractas y densas que son, las llamo yo noches reversibles.



Ahora sí que va a ser díficil... porque una vez que me metes en tu cama, salir me cuesta mucho.

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Sonic ways.

Me vuelve loco la doble personalidad de esta pequeña ninfa. Tal vez de todas las ninfas. Esa mezcla de una soñadora ternura infantil y cierta temerosa vulgaridad. Ya sé que es una locura escribir este diario, pero el hacerlo me proporciona una extraña emoción, y solo una amante o esposa, podría descifrar mi microscópica escritura.

(Lolita)