lunes, 6 de julio de 2009

El bien en sí mismo.


La autorrealización es una de las cosas que más te puede llenar a lo largo de tu vida. Pienso que es una de las mayores sensaciones que puedes llegar a tener. Todos necesitamos sentirnos útiles, unos en mayor medida, otros menos. Pero todos, desde el más hiperactivo que sale a correr para sentirse bien con su cuerpo, hasta al más reacio que se tira en el sofá todo el día y ve cumplidas sus expectativas cuando siguen emitiendo su programa favorito, experimentan lo mismo.

Es por ello que creo con total apego, que las personas que buscan ser felices , no buscan más que la autorrealización, mediante su trabajo, el que les gusta; su familia y sus amigos, la gente a la que aprecian; su pareja, la persona que les completa; y el mismo, la noción de su persona con la que se siente peno.
A partir de esto, es muy fácil poder deducir que la virtud mejor guardada que tenemos , que no es otra que la felicidad, saldrá de nosotros cuando estemos completos... es complicado, sí, pero para entonces lo sentiremos sin más, sabremos que es en ese momento porque no ha existido otro igual antes, porque esa virtud olvidada y enterrada detonó.Ella, que ha podido despertar gracias a que cae, en ese mismo instante el último grano del reloj de arena que guardamos en esa cajita roja que todos tenemos dentro, que palpita esperando el siguiente número a sumar en la cuenta cuyo resultado nadie sabe hasta que da con él y que olvida al recogerlo, pero que acumula con él por siempre... y "que sólo el descubridor de la tumba de Tutankamón podría comprender como se sentía Amelie en aquel preciso instante".

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Sonic ways.

Me vuelve loco la doble personalidad de esta pequeña ninfa. Tal vez de todas las ninfas. Esa mezcla de una soñadora ternura infantil y cierta temerosa vulgaridad. Ya sé que es una locura escribir este diario, pero el hacerlo me proporciona una extraña emoción, y solo una amante o esposa, podría descifrar mi microscópica escritura.

(Lolita)